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Foto del escritorVíctor Herrera M.

"Volviendo al Caribe"



Parece increíble pero la única manera en que nosotros en la costa, y en toda Colombia, nos percatamos de que estamos en el Caribe, que pertenecemos al Gran Caribe, es cuando sucede algo grave en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina como parte del territorio nacional. Después nos olvidamos.


Nos recuerdan el episodio histórico de la irreparable pérdida de Panamá (con su importante canal) en 1903 y el de hace 8 años, cuando Nicaragua nos ganó un pleito en la Corte Internacional de Justicia de La Haya despojándonos de 200 millas (casi el área terrestre del país centroamericano) de una franja marítima muy rica en recursos naturales y Petróleo, cerca de la isla.



La tragedia que ocasionó el paso de un huracán categoría 5 como el Iota, por primera vez en San Andrés, que arrasó con gran parte de Providencia y que afectó incluso a Cartagena y otras zonas de nuestro Caribe continental, sucede todos los años, de manera cíclica entre junio y noviembre, durante la llamada temporada de huracanes en el Gran Caribe. Incluso hay islas como Cuba que ya han aprendido –y podrían enseñarnos– a soportar y a evitar los estragos que comúnmente ocasionan este tipo de fenómenos.


Claro que, debido al cambio climático que calienta cada vez mas las aguas del Océano Atlántico, lo de San Andrés nos está advirtiendo que en adelante será más frecuente padecer los estragos de huracanes de similar intensidad.


Hace más de 200 años – con el advenimiento de la República – nos desconectamos prácticamente de lo que se denomina la Gran Cuenca del Mar Caribe en la que nos rodean unos 25 países que van desde los gigantes EEUU y México hasta las pequeñas islas holandesas de Aruba y Curazao.


De hecho, hoy no mantenemos una relación comercial importante con la mayoría de nuestros vecinos, como si la había entre los amerindios antes de la llegada de los europeos. En cambio, en la Colonia tuvimos el contrabando de negros esclavos, en el siglo pasado la comercialización ilegal de productos, sobre todo Whisky y cigarrillos, y actualmente el tráfico de la Cocaína que se distribuye hacia Europa y EEUU desde Colombia, el principal productor mundial.


Por eso nos parece de la mayor importancia la aparición del libro “Volviendo al Caribe” que, bajo el sello editorial de la Universidad del Magdalena, acaba de publicar la prestigiosa historiadora dominicana Mu-kien Adriana Sang Ben, directora del Centro de Estudios Caribeños y profesora universitaria de gran reconocimiento en el Caribe.


En esta obra, que reúne además a destacados historiadores y economistas del Caribe, se debaten temas como la trasformación de las relaciones económicas de esta región con el mundo desde las legendarias plantaciones (con sus componentes de esclavitud y cimarronaje) hasta el producto turístico (Resort, vacaciones, etc.) que se ofrece hoy. También se pregunta si la integración caribeña es un mito o un sueño y por qué no ha podido lograrse su materialización, de manera práctica, a pesar de varios intentos importantes.



Finalmente, destaca y analiza la visión caribeñista de notorios autores de la región. Como dice la autora: “…Cada país tocado por el hermoso mar Caribe tiene su historia, su secreto y su propio mundo…”. Allí está la clave: encontrar la unidad en la diversidad.


Que importante sería reencontramos con el Gran Caribe para realizar intercambios en: comercio, turismo, cultura, deportes, educación, seguridad, medio ambiente, idiomas, etc. De esa manera el Caribe colombiano podría encontrar nuevas formas de prosperidad económica y, al mismo tiempo, de menor dependencia del absorbente centralismo nacional.


@vherreram

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