Este 12 de diciembre, en una nueva reunión de la comisión tripartita, se destaparon las cifras de los trabajadores y las señales indican que el pulso para llegar a un punto medio será fuerte.
Los voceros de las centrales obreras hablaron hasta de un 18% como punto de partida para negociar. No obstante, se mostraban dispuestos a negociar, claro está, con sus argumentos sobre la deuda social que hay con los trabajadores.
Si el aumento es del 18% implicaría 234.108 pesos adicionales a la remuneración actual, que es de 1.300.600 pesos, incluyendo el subsidio de transporte; si se opta por un 15%, serían 195.090 más.
Ante esto, los empleadores respondieron que esa “es una cifra sacada de la manga”, pues el Banco de la República ya bajó la proyección de la inflación para el año 2023. Para el cierre del presente año sería de entre 9,2 y 9,4 %, y para el entrante sería de 4,04 %.
Por lo anterior, los empresarios, que no presentaron una propuesta de aumento, creen que el alza no debe ser muy superior a la inflación proyectada e insisten en la necesidad de que los trabajadores reconsideren su posición.
Agregaron que, aunque Colombia ha avanzado en la desindexación de variables que suben con el salario mínimo, aún es mucho lo que se ajusta al mismo ritmo de este indicador. Empezando por los arriendos, que son la alternativa de vivienda para más de siete millones de hogares.
A eso se sumarán las alzas con las que arrancará 2024 en peajes y otros 88 bienes que aún quedan en la lista de lo que está indexado al aumento del salario mínimo.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco y quien tras la reunión habló en representación de los gremios que hacen parte de la mesa de concertación (Acopi, SAC, Asobancaria, Andi y Fenalco), aseguró que si no se hace un aumento muy en línea con la inflación, las consecuencias van a ser graves para el empleo y habrá presión en precios el año entrante.
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