El Gobierno de Gustavo Petro completa la primera mitad de su mandato y sabe que a partir del próximo 20 de julio, cuando arranca otro periodo legislativo, será determinante seguir sumando poder y aliados en el Congreso para llevar a buen puerto sus reformas.
Si bien ya a la Presidencia del Senado está definida la llegada del conservador Efraín Cepeda –independiente y crítico con el Ejecutivo–, la puja es por la Presidencia de la Cámara. El desafío salta a la vista: mantener una parte del control en el Parlamento.
Por los acuerdos que hacen los partidos con mayor votación en las elecciones legislativas, el turno en la Mesa Directiva de la Cámara en este tercer año legislativo que arranca le corresponde a la Alianza Verde. Allí suena como favorita desde hace meses una congresista que ha marcado distancia del Gobierno y ha llegado a actuar incluso como opositora: la representante Katherine Miranda.
Tener críticos en la conducción de las plenarias tanto de Senado como de Cámara sería un revés mayúsculo para el Ejecutivo y pondría en jaque varias de las reformas que el petrismo espera sacar adelante a partir del 20 de julio, entre ellas, educación, salud o justicia. Por ello, el Gobierno está moviendo sus fichas y adelantando maniobras para posicionar a un contendor que logre disputar la Presidencia con Miranda.
Apenas este martes se conoció el nombre de otro aspirante al puesto: el representante Santiago Osorio, de Caldas, que ha mostrado su simpatía y cercanía con el Gobierno. “Desde que llegué a la Cámara me he dedicado a trabajar con criterio por las grandes apuestas del país en materia ambiental, educativa, de garantía de derechos, paz y justicia social”, argumentó.
Con este, ya son seis los candidatos en puja por lograr la nominación del partido. En el ramillete se cuentan además Martha Alfonso, Duvalier Sánchez, Wilmer Castellanos y Jaime Salamanca. Sin embargo, aún no hay acuerdo para definir las reglas de juego de cómo será la elección.
El Gobierno se la juega por mantener influencia en la Presidencia de la Cámara
Según fuentes consultadas por este diario, el objetivo es que entre los 20 congresistas de la bancada –entre los que hay que incluir a los cinco de Centro-Esperanza–, haya una reunión para que voten y acuerden por mayoría al ungido. Contado los votos de Centro-Esperanza, Miranda tendría al menos 12 votos.
Por ello, desde el Ejecutivo buscan depurar el listado y lograr que un candidato único consiga arañarle votos. Si bien en un primer momento sonó con fuerza el nombre de Martha Alfonso –recordada por abanderar proyectos del corazón del petrismo como la fallida reforma a la salud o la reforma pensional–, su aspiración ha ido perdiendo fuerza e incluso, este martes se ausentó de una reunión con las directivas para finiquitar los pasos a seguir en el proceso.
No obstante, a través de una carta, la congresista dijo que acogerá la decisión que adopte la colectividad y que, en caso de no resultar electa, “también aseguro actuar con humildad al retirar mi candidatura si la mayoría en el partido y en la Cámara de Representantes no me respalda”.
Alfonso ratificó además que en la próxima legislatura “la agenda de las reformas sociales reviste una importancia estratégica y es imperativo que desde la Mesa Directiva se promuevan los espacios adecuados para su análisis y discusión sin sesgos ni obstaculizando el debate”.
En este contexto, se abren paso los nombres tanto de Wilmer Castellanos y Jaime Salamanca, ambos cercanos políticamente a uno de los pesos pesados de la colectividad: el actual gobernador de Boyacá, Carlos Amaya. Se presume que entre ellos dos podría salir uno de los opcionados para competirle a Miranda y sacarla fuera de carrera.
La puja en los verdes está al rojo vivo y restan días para que se concrete el método de elección. En medio de la ecuación, la representante Miranda ha insistido en el respeto a la independencia y autonomía del partido, y ha pedido que el Gobierno no intervenga en el proceso. ¿Logrará imponerse? COLPRENSA
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