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Marcha marchita, magna marchota

Por: César Curvelo



¿Cuáles serán los fines, objetivos, metas, finalidades, propósitos, deseos, ideales, destinos o intenciones ─buenas, regulares o maléficas─ de las marchas convocadas para el savacano 29 de octubre en contra del gobierno Petro, y el día del dios Marte 15 de noviembre a favor? ¡Ja!, estamos desayunados de sobra, más que informados. Todas y todos nosotros.


Tirios y troyanos, romanos y cartagineses, ateneos y espartanos, moros y cristianos, chapetones y patriotas, jacobinos y girondinos, neoliberales y socialistas, activistas y apáticos, rojos y azules. O de cualquier otro color, pelambre o filiación que tú seas.



Una es contra el gobierno y otra a favor del gobierno Petro. Una puede ser marchita y otra marchota. Una podría llevar predominio de mente y la otra, de mayor billete.


Así que toca disertar apegados a la sexta acepción de la RAE de la palabra «marcha»: “6. f. Desplazamiento de personas para un fin determinado.”


¡Qué escueta definición! La “locademia” de la lengua española debería precisar que dicho desplazamiento es a pata como garrapata, tal como expresa “El Burro Mocho” de Cereté, Noel Petro, en la letra de la canción Pare en Petare.


Es que, según la misma RAE, «desplazarse» es “ir de un lugar a otro”, y como en la definición citada de «marcha» no se aclara en qué o cómo, uno pudiera pensar que tal desplazamiento podría ser a lomo de costosos y finos potros de paso ─como el caballo bayo “pasaporte”, la pequeña mascota del senador opositor Josué Barrera─, o en lujosas camionetas 4x4, picosas “pick up´s” de 170 a 200 caballos de fuerza, como sucedió en una protesta hecha por hacendados en una vereda de Plato, Magdalena, contra incipientes o recurrentes invasiones de tierras.


Infiero lo anterior basado, como viste, en lo que dice al pie de la letra el precario conceptilucho «marcha» de la cada vez menos reinante RAE.


Pues te concreto: estamos hablando de marchar como es que es, o sea con las dos de caminar, en “Dodge-patas”, o al menos con una natural y otra con prótesis, o apoyado con una muleta. O dos. Todo en torno al gobierno Petro.


Lo otro es una cabalgata o una caravana de vehículos.


Dejemos atrás las apariencias y vayamos palante con la esencia.


Hablemos primero de la marcha de la oposición, la promovida por derecha retrechera. Hum…, digamos que será otra vez con veteranísimos adultos mayores o cercanos al sexto piso, por lo que se pudo constatar en la última. Con menos racistas encopetadas boquiflojas.


Para meter más gente quizás comiencen a financiar trasporte a muchachonas y muchachones amigotes, aunado a convocatorias perentorias a empleados semiesclavos (“¡Si no te veo o no te reporta mi “sapovisor”, el lunes olvídate de ir a trabajar!”, dirá un jefazo), a múltiples familiares que deben favores, y a “contratados” por meriendas o botellas de ron.


Mil “fake news” será el aditivo a la convocatoria. Ya en la acción callejera, podría haber serios intentos de bloqueos. Puede incitarse, en el futuro, a un paro de ciertos trasportadores, por alza de gasolina y autopartes, peajes costosos, atracos en carreteras.


El asunto es que en los medios que sabemos televisen la película del terror, desórdenes, y que por tanto el noticiononón, la chiva, el extra extra, el “breaking news”, es que hay ful descontento en el país del café y la coca, que estamos al borde del derrocamiento del “régimen comunistoide”, dirían los que van en contra del gobierno Petro.


Tratar que esto vaya de mal en peor para la chusma y que todo siga excelente para ellos. De eso se trata. Refácil. Porque luego de la jornada de protesta irán a sus mansiones, pentjausones o apartachones. A comer viandas y ambrosías servidas en bufé, a tomar whisky importado a la lata, carachas. ¡Y qué viva Mussolini y su pupila “Yorya” Meloni!


Claro está que una reforma tributaria que suba tantito los montos a colocar en los espacios de Valor a Pagar de sus declaraciones del impuesto sobre la renta y complementarios ─y otras─, sería como quitarle un pelo a un gato.


No está demás prevenirte que la aprobación de esta reforma está en vilo puesto que hay congresales que podrían no estar contentos del todo con las piscas de “mermelada” ofrecidas en el recién aprobado presupuesto nacional 2023, y echar por tierra dicha reforma. Ahí hay un tira-y-afloja que se dilucidará en diciembre.


De no aprobarse en lo fundamental la reforma de marras, las cosas sí podrían pasar de castaño a oscuro. Ve que te lo advierto con tiempo.


En lo referente a la marcha de apoyo al gobierno Petro, es la de la bronca populosa, la de los protestantes contra el neoliberalismo, los pro reforma agraria, los creyentes en la paz total. Aquí están las masas, los de las centrales obreras, personal militante de instituciones educativas y activistas en general.


Con lo que nos gusta la bulla. Por lo menos en esta nueva dimensión con la ventaja de no tener que ir a chocar con la fuerza pública. El Esmad tiene otro nombre, ahora es el Esgood, ¡ju, ju, ju!


Infiltraciones las habrá. Como tú sabes. Como siempre. Para el efecto, existe un lumpempuercotariado ávido de dádivas.



Bien bien (¡pliss, bróder, cuicli, de uan: ya tú disichar euso del “ou-kei”!).


Será asistir a conmemorar los primeros 100 días de gestión de la centro-izquierda. Te veo, Mateo, amigo, amiga, en esta vera del camino porque, como en la guabina del gran Jorge Villamil, con las voces inmortales del dueto Garzón y Collazos, “somos como los guaduales... alegres, entrelazados…”


Y ahora sí, a “mirarse al río”… del cambio.

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