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Foto del escritorActa Diurna

Los seis meses más flojos del gobierno en el Congreso



Las épocas en la que los ministros del Interior sacaban pecho al cierre de la legislatura en el Congreso de la República no se verá en este diciembre; por el contrario, estos seis meses entrarán en la lista de los más flojos del gobierno de Gustavo Petro y probablemente de alguna otra administración.


Hay muchas razones para no dar una calificación positiva o al menos algo cercana a ser regular, tal y como pasó en el cierre de la legislatura pasada cuando el Ejecutivo logró la aprobación de la reforma pensional, la única de las sociales que se ha convertido hasta el momento en ley. Una legislatura en la que la única aprobación fue la reforma constitucional de la jurisdicción agraria.


Una de esas razones fue el anuncio del propio presidente Petro, cuando el 20 de julio fue a instalar las sesiones ordinarias del Congreso, ocasión en la que improvisó y no leyó discurso, como es tradicional que lo hagan los mandatarios.



Ese día el mandatario abrió paso a dos anuncios que a la postre no cumplió y que sólo los dejó en eso, se trató de la convocatoria a una asamblea nacional constituyente y un fast track para tramitar los proyectos que permitieran cumplir los acuerdos de paz que aún están pendientes.


Lo que sí salió en ese momento fue la decisión del Gobierno de concertar los proyectos previo a la radicación, una idea que impuso para llegar al Gobierno el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, a quien seis meses después, en diciembre la estrategia no le dio muchos resultados.


El fracaso legislativo principal se dio en el trámite de los proyectos económicos. El primero fue con el presupuesto general de la nación, el cual llegó desfinanciado debido al hueco que le quedó en 2024, porque los ingresos que previó no los alcanzó.


Esta fue la puja inicial que tuvo el Gobierno con la oposición. El proyecto se hundió en medio de una polémica en la que el Ejecutivo no quiso ceder en la cifra de $525 billones a $512 billones. En una decisión dividida, las comisiones económicas no acordaron un monto único.


Unos meses después el Gobierno tuvo un pequeño respiro cuando se tramitó sin mayor dificultad el presupuesto bianual de regalías; sin embargo, esa es una iniciativa que le interesaba a todos los partidos, tanto oposición, independiente como los oficialistas, de ahí que fue aprobado sin mayor problema.


Pero el trámite de la ley de financiamiento o reforma tributaria fue a otro precio. Realmente fue el proyecto que llevó a la postre a que Petro tuviera el mayor enfrentamiento con el Congreso de la República debido a que le hundieron la iniciativa con la esperaba recaudar al menos $9.8 billones.


En una decisión que terminó siendo sorpresiva por lo contundente que fue, las cuatro comisiones económicas votaron por hundir el proyecto y dejar en el limbo las cuentas del Gobierno, hasta el próximo año. De ahí la fuerte descalificación de Petro a los congresistas de las comisiones económicas, a quienes llamó de “malditos”.


Las reformas sociales


Este semestre tampoco fue el momento para dos reformas sociales que son fundamentales para el Gobierno, la laboral y la pensional. La primera avanzó de forma positiva en la Cámara, al punto que en octubre pasado fue aprobada con más de 90 votos, es decir unas mayorías justas pero las logró.


Como era de esperarse el proyecto se frenó a su llegada al Senado. Se demoró en que tuviera los ponentes para su discusión en la Comisión Séptima, en donde tan solo hasta finales de noviembre se conoció el nombre de ellos y a la fecha apenas se preparan las ponencias positivas y negativas.



En cuanto a la reforma a la salud esta parecía que sería la vencida, luego de que en abril pasado fuera hundida en la Comisión Séptima. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, logró que se diera una discusión previa al proyecto al presentarla a diferentes sectores, incluso a la oposición.


Ya en el Congreso, inició su trámite en la Cámara y sin mayores problemas fue aprobada en la Comisión Séptima, en donde incluso tuvo votos de sectores que eran opositores a la misma como conservatismo y el liberal. En un primer momento el gobierno incluso llegó a pensar en tramitarla con mensaje de urgencia pero se desistió y quedó en discusión ordinaria.


El frenazo se dio cuando llegó a su discusión en la plenaria, allí estaban en trámite más proyectos que eran de interés de los congresistas. La iniciativa hasta el momento no ha podido superar la etapa de la votación de los impedimentos, más de 100 presentados y por eso su articulado nada que es abordado. ´


El presidente de la Cámara, Jaime Salamanca, anunció para el lunes, el último día de sesiones ordinarias, pero en esa plenaria tiene que enfrentarse a la reforma política, la cual de no aprobarse sí se hundiría.


La reforma a la salud por el hecho de haber sido ya aprobada en comisión no se hunde, por lo que se podría aplazar para marzo del 2025. Será el único proyecto que entró en las sesiones extraordinarias que fueron convocadas entre el 17 y el 19 de diciembre.


La reforma política, el principal proyecto que es de autoría del ministro Juan Fernando Cristo, al parecer no alcanzará a llegar a su segunda vuelta. El mismo busca definir las listas cerradas para las elecciones, como también lograr una financiación de las campañas con recursos exclusivamente públicos.


El proyecto, que está para la plenaria del Senado en su cuarto debate, se discutirá el lunes, últimos días de las sesiones ordinarias y deberá aprobarse con el texto que salió de la Cámara porque en la Comisión Primera se le hicieron cambios y eso obligaría a una conciliación con la Cámara, pero ya no hay tiempo para hacerlo.


Ante ese complejo escenario el único proyecto de ley que sería un gran logro para el Gobierno es la ley de implementación de la jurisdicción agraria. El proyecto fue votado esta semana en las Comisiones Primera conjuntas en donde tuvo las mayorías, lo que se espera suceda también en las plenarias.


La preocupación es que el debate en plenarias toca hacerlo en sesiones extras, para que sea aprobado y así convertirse en ley, la gran pregunta es si los congresistas le cumplirán al Presidente luego de que los calificó de “malditos”, por no aprobarle la reforma tributaria. Si eso pasa, el proyecto quedará aplazado para su discusión en marzo del otro año.



Un proyecto más que avanza es la reforma a la justicia; sin embargo, la misma no es de autoría de lleno del Gobierno sino de las cortes, la Fiscalía y varios congresistas, en especial de la oposición. El proyecto quedó para que surta su paso a la Cámara.


Con respecto a las reformas constitucionales, el Ejecutivo acompañó la reforma al sistema general de participaciones, la cual prevé que desde 2027 empiece a entregar más recursos del Gobierno a departamentos y municipios.


Lo cierto es que una legislatura en que los resultados positivos no le fueron favorables a la actual administración, por el contrario, las confrontaciones con la oposición y los escándalos de corrupción, le pasaron factura y afectaron el voto afirmativo que necesitaban las grandes reformas. COLPRENSA

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