Durante décadas, la antropología intentó encontrar la respuesta en características evolutivas únicas, que alejaran al homo sapiens de los demás homínidos conocidos; sin embargo, las evidencias más recientes dirigen cada vez con mayor fuerza a una verdad incontestable: somos más parecidos a otros humanos primitivos de lo que creíamos.
Esta premisa resulta especialmente válida con los neandertales, una especie humana que habitó Eurasia y desapareció hace unos 40 mil años, misterio de por medio.
Y aunque durante el siglo XX la idea de que se trataba de humanos torpes, incapaces de comunicarse y dotados de bestialidad fue la norma, tras la secuenciación de su genoma completo en 2010, una historia radicalmente opuesta comenzó a ver la luz.
Hoy sabemos que nuestra especie no sólo compartió un tiempo y una geografía en común con los neandertales una vez que salió de África, también que ambos tuvieron relaciones sexuales en diversos periodos, se reprodujeron y formaron familias híbridas. De ahí que el genoma nuclear de los humanos contemporáneos posea entre el 1 y el 4 % de herencia neandertal.
Más humanos de lo que creíamos
Ahora, a la reproducción interespecies, su habilidad para realizar pinturas rupestres y practicar rituales funerarios, se une un rasgo que hasta ahora, se creía único de nuestra especie: la capacidad lingüística.
Un equipo multidisciplinario de la Universidad de Binghamton descubrió que los neandertales tenían la capacidad no sólo de hablar, también de percibir el lenguaje humano.
A través de tomografías computarizadas de alta resolución, los investigadores crearon modelos en 3D tanto de las estructuras del oído sapiens, como del neandertal y del homo anteccesor hallado en Atapuerca, un homínido que se especula, fue el último ancestro común entre ambas especies.
Los modelos funcionaron junto con un software desarrollado con el objetivo de estimar sus capacidades auditivas y el rango de frecuencias (llamado ‘ancho de banda ocupado’) en ambas especies; es decir, su capacidad de distinguir un mayor número de señales acústicas y por lo tanto, comunicarse oralmente de forma eficiente.
El resultado demostró que a diferencia del homo anteccesor, el rango de frecuencias del oído neandertal es similar al del humano y se encontraba entre los 4 y 5 kHz, un umbral que les permitía distinguir un sinfín de señales acústicas y les dotaba de la habilidad para transmitir un mensaje eficientemente a través del habla.
Otro hallazgo del estudio sugiere que las habilidades lingüísticas de los neandertales les permitían pronunciar consonantes, una “forma de incluir más información en las señales vocales”, diferencia clave entre el habla de los humanos y otros primates.
Los hallazgos más recientes sobre la comunicación neandertal se suman a la evidencia arqueológica creciente de sus habilidades sociales y patrones de comportamiento similares a los del humano moderno, un camino que nos une cada vez más con los homínidos extintos hace 40 mil años. NATGE0
Comments