Los carteles

Por: Ulises Redondo C.

En Colombia hay carteles de todo tipo, con mafiosos de todas las calañas, de capos de jerarquías altas, sin importar que haya culibajitos, capos de jerarquías medianas y bajas. Hay para todas las ambiciones, altas, medianas y bajas, que se extienden a lo largo y ancho de la geografía nacional.

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Hay carteles de la política identificados por clanes, hay carteles de narcotraficantes "invisibles", carteles del microtráfico de sustancias psicoactivas; carteles de la minería ilícita (oro, esmeraldas y petróleo), cartel de la gasolina, del contrabando, de paramilitares confesos y no confesos, de escuelas del sicariato, de militares y policías de la reserva, carteles de la contratación y el lobby, de sindicatos de papel interesados únicamente en el fuero, hay carteles de las guerrillas, cartel de la toga, cartel azucarero (2013), cartel del cemento (2013), cartel del papel (2014), cartel de la hemofilia (2016), cartel de los medicamentos (2016), cartel del papel higiénico (2016), cartel de los cuadernos (2016), cartel de la chatarrización (2017), cartel del ganado (2017), cartel de las generadoras y comercializadoras de energía eléctrica, cartel de los bancos, hay carteles para la compra y venta de votos, cartel del lodo y el suero muy comunes en la Costa Atlántica, carteles para el lavado de activos, carteles del testaferrato, carteles de notarios, de la rama judicial, de la fiscalía, contraloría, defensoría, personería, carteles de las aduanas, cartel de las cooperativas, carteles de los consejos superiores de las universidades públicas y privadas, cartel del concreto de obras civiles que no se concretan, cartel de las mariposas, de los maricas y de los que aún no han salido del closet, carteles de líneas aéreas, controladas por unos "aviones"; de los transportadores de carga, amigos de la loca Cabal, del transporte masivo de pasajeros (Transmetro, Transmilenio y demás), de bebidas azucaradas y adictos a ella, como si no existiera el jugo natural de corozo y maracuyá, de alimentos transgénicos, el cartel de flojos y brutos, …al cartel de las cervezas no lo critico por a mi me gustan las frías bien heladas…, de secuestradores y extorsionistas, carteles de explotadores del trabajo infantil, carteles de proxenetas y trata de personas, cartel del fútbol profesional y aficionado y de casi todos los deportes y juegos, excepto el tejo, el dominó y el parqué, carteles de las apuestas deportivas, de los casinos y sus maquinas de juegos monda pendejos, dentro de poco crean el cartel de los impuestos al sol o paneles solares, el cartel de los peajes, falta que inventen el de los cagajes, cartel del turismo depredador (para extranjeros que buscan relaciones sexuales con niños y adolecentes), cartel de las EPS y algunas IPS, cartel de los abuelos y la maldita madre, cartel de los que venden su silencio, el cartel de las inmobiliarias, cartel de seguros de vida, cartel de las funerarias y ambulancias, cartel de los “deshuesadores de carros” que alimenta al cartel de los repuestos de segunda para automóviles, cartel de seguros para automotores, cartel de la basura y de los periodistas basura. Y todavía profesamos la fe por un karma que nos llevará a la perfección.

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De cartel en cartel se consumen nuestras vidas como un trozo de papel calcinado por el fuego. De cartel en cartel se nos va la vida, generación tras generación. Para cuando sea demasiado tarde nos pondrán un cartel en el pecho y otro en la espalda que diga: ¡se vende a este malparido! Y al final de esta lúgubre historia aparecerá un cartel más grande anunciando el funeral de la patria. ¡Mis condolencias adelantadas para todos, antes de que yo muera!