Las imágenes son devastadoras. “Es como si el fin del mundo golpeara a tu puerta”, relata a este diario Julián Reyes, un colombiano residente en Valencia (España) que vivió momentos de angustia al ver cómo fuera de su casa el viento y la lluvia se llevaban todo, literalmente todo, a su paso.
Desde el pasado 22 de octubre, las regiones de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha han sido el epicentro de un devastador fenómeno meteorológico conocido como Depresión Aislada en Niveles Altos (Dana) o “gota fría”, cuyo antecedente se remonta a finales del siglo XIX. Estas tormentas extremas suelen ser fenómenos típicos de las zonas mediterráneas en los meses de otoño, cuando las temperaturas del mar alcanzan su punto más cálido tras el verano, aumentando la posibilidad de precipitaciones intensas y prolongadas.
La intensidad de este evento ha sido tal que, hasta el momento, deja un saldo de 95 personas muertas y varios desaparecidos y heridos. La emergencia provocó una estela de destrucción que no se había visto en esta magnitud en lo que va de siglo en la región.
De acuerdo con los reportes, el impacto de esta Dana ha sido aún mayor que el de eventos recientes, como la gota fría de septiembre de 2019, y comparable a las tormentas de octubre de 1982, cuando la ‘Pantanada de Tous’ causó más de 30 muertes, y la tormenta de noviembre de 1987 que dejó cuatro fallecidos. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) de España ha calificado esta Dana como la más virulenta registrada en los últimos años.
El presidente de la región de Valencia, Carlos Manzón, informó la noche del miércoles que durante la jornada los cuerpos de emergencia realizaron “200 rescates terrestres” y “70 evacuaciones aéreas” con helicópteros, y que en principio ya no quedarían personas para recuperar de tejados o azoteas.
Ya no quedan “núcleos urbanos donde físicamente ningún efectivo había podido acceder” y a medida que se va recuperando la cobertura telefónica “van apareciendo personas que estaban desaparecidas”.
El Gobierno español envió a Valencia más de 1.000 efectivos a la Unidad Militar de Emergencias, especializada en misiones de rescate, para apoyar a los servicios locales de socorro, y el ejército movilizó unidades caninas para buscar cuerpos, morgues portátiles y psicólogos para atender a las víctimas. Los científicos advierten que los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor y tormentas, son cada vez más intensos debido al cambio climático.
El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que las administraciones públicas trabajan de manera coordinada para recuperarse de esta tragedia. “Toda nuestra solidaridad y el afecto a las familias de las personas que han fallecido en esta tragedia y a quienes a esta hora siguen buscando a sus seres queridos. España entera llora con todos y con todas vosotros”.
El Gobierno decretó tres días de luto oficial a partir del jueves y los esfuerzos estarán concentrados en la atención a los damnificados y la reconstrucción de las zonas afectadas.
“Vamos a hacer lo posible y vamos a poner todos los medios necesarios hoy, mañana y el tiempo que haga falta para que podamos recuperarnos de esta tragedia, no os vamos a dejar solos”, agregó Sánchez.
¿Qué es la Dana o ‘gota fría’ y qué tiene que ver el cambio climático?
La Dana (Depresión Aislada de Niveles Altos) se produce cuando las masas de aire frío, que normalmente están confinadas a las zonas polares, comienzan a viajar a latitudes más bajas (por ejemplo, se mueven desde el polo norte sobre Europa). La Dana es la bolsa de aire muy frío polar, que está desplazándose hacia el sur, en el caso del hemisferio norte (ver infografía).
Para el profesor Juan Diego Giraldo, experto en hidrología, un fenómeno como el de Valencia (España) requiere que además haya un “suministro” de humedad. “Este suministro de humedad se lo da un Mar Mediterráneo aún muy caliente, porque el verano recién terminó. Cuando los vientos soplan desde el mar hacia tierra firme durante el día (por la diferencia de temperatura), pues este aire lleno de humedad arrastrado desde el mar se eleva, se encuentra con la Dana (la bolsa de aire frío en altura), y la humedad contenida se condensa y se produce la lluvia. Si las condiciones son propicias pues se dan fenómenos extremos como el de Valencia”.
Pero, ¿qué tanto influye el cambio climático? Sin duda, está influyendo en la frecuencia y gravedad de estos eventos, según destacan expertos en meteorología, pero la “gota fría” fue bautizada desde finales del siglo XIX.
La relación entre la intensidad de la Dana y el cambio climático se observa en la frecuencia creciente de este tipo de tormentas extremas. “Un mundo más cálido es un mundo en el que el mar y el aire retienen más energía, lo cual intensifica las tormentas y agrava los efectos de estos fenómenos en términos de inundaciones y daños materiales”, explica la meteoróloga española Mar Gómez.
“Es un fenómeno especialmente peligroso en las costas mediterráneas, porque el Mediterráneo actúa como un acumulador de energía que alimenta las tormentas. Además, la orografía de la zona y la planificación del territorio contribuyen a que las lluvias se acumulen y generen inundaciones”, agrega.
En este contexto, el Mediterráneo, al calentarse cada vez más durante el verano, genera un entorno donde el agua que se evapora contribuye a grandes reservas de humedad, las cuales son liberadas en forma de lluvias intensas cuando una Dana o fenómeno similar activa el proceso.
Ante la gravedad del fenómeno, expertos insisten en la necesidad de adaptar las infraestructuras y mejorar la planificación urbana para enfrentar la creciente amenaza de fenómenos meteorológicos extremos como la Dana. Pero también, ya que el calentamiento global es un factor que influye, la conciencia de las personas, que incluye a los tomadores de decisiones y grandes empresas, es fundamental. COLPRENSA
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