Este martes el ministro del Interior Juan Fernando Cristo se reunió frente a más de 20 industriales y presidentes de gremios en una cita que no estaba en la agenda de su cartera y que pasó desapercibida al inicio para varios medios de comunicación. Según tres fuentes que estuvieron presentes, los empresarios le hablaron “con absoluta claridad y franqueza” sobre la difícil situación que han venido teniendo por la falta de medidas contundentes por parte del Gobierno, por ejemplo en el sector de la construcción, y la ausencia de respuestas de choque que reactiven la economía.
La otra gran preocupación fue el tono que ha mantenido el presidente Gustavo Petro con estos sectores durante los dos años de su administración. En el contexto, Cristo se ha movido muy rápido desde que llegó a la cartera. A pesar de que a finales de mayo era uno de los críticos más duros de la propuesta de la Constituyente del presidente, en pocos días cambió su discurso para explicar que se debía lograr un “gran acuerdo nacional” que concluyera si la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, bajo los mecanismos de la Constitución del 91, era necesaria o no.
Durante las dos semanas de Cristo en el Ministerio del Interior, el Gobierno ha abordado cuatro conceptos, cada uno de los cuales tiene suficiente complejidad y distancia sobre el panorama político del país. El ministro, tratando de darle tranquilidad a los empresarios con los que se sentó el martes, habló justamente de la Asamblea Constituyente siempre y cuando se cumpliera con las condiciones constitucionales. Pero antes de eso amplió sobre la necesidad de llegar al acuerdo nacional que ha estado en el énfasis de su discurso.
El presidente, por su parte, volvió a señalar que él ha hablado de que “el poder constituyente se consolide”, dejando abiertos los caminos del Gobierno para los propósitos de Petro que siguen sin estar completamente definidos. Y, luego, el mandatario llevó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el anunció de que propondrá al país el mecanismo del “fast track” (usado para aprobar en tiempo récord el Acuerdo de paz de 2016 y darle rango constitucional) con el fin de realizar las reformas que, considera, el país necesita, y desarrollar la implementación del Acuerdo. Hay que recordar que allí el presidente dio un extenso discurso en el que también argumentó la necesidad de hacer “cambios a las normas que no permitían eliminar la desigualdad en el país más desigual del mundo”.
A pesar de que sus comensales eran todos empresarios e industriales, preocupados fundamentalmente por la economía del país y la reactivación de sus sectores con un panorama de crecimiento muy moderado para el 2024, las dos noticias más importantes que Cristo dio al terminar el desayuno están relacionadas con el Acuerdo: que las curules de paz para los firmantes de Comunes no tendrán una prolongación en el tiempo -en su momento el Gobierno Santos dijo que las FARC no tendrían curules sin votos, pero sí sucedió- y que van a conformar un equipo entre el Gobierno y los empresarios para garantizar la implementación, porque para el ministro esto está directamente entrelazado al mejoramiento de la economía en las regiones.
“El sector privado es absolutamente fundamental en este propósito del acuerdo nacional y también en el propósito de la implementación del Acuerdo de paz. Las conclusiones son que vamos a constituir un equipo de trabajo del Gobierno Nacional, junto con voceros de los gremios, para que hagan parte de una tarea que ya se está organizando del plan de choque de la implementación del Acuerdo de Paz en los próximos dos años para acelerarla”, dijo Cristo.
Luego, agregó que el fast track propuesto por el presidente es “una idea para revisar cómo fue esa figura. Es una idea no más en borrador que hay que revisar a fondo concertando con las bancadas y los partidos”. Sin embargo, lejos de parecer solo una idea, Petro fue bastante enfático en la ONU sobre esa propuesta que se tardó más de 40 minutos explicando al Consejo de Seguridad. Es más, el presidente habló de nueve puntos para presentarlos bajo el mecanismo del “fast track” que incluyen la reforma agraria de su Gobierno y varias otras acciones para garantizar en su criterio la implementación.
Como con el concepto del “poder constituyente”, las declaraciones del ministro parecerían intentar bajarle la caña a las ideas de Petro para generar un clima de certidumbre, especialmente frente a su público que eran los empresarios. Fue eso justamente lo que estos le pidieron al jefe de la cartera temerosos por la caída de la inversión en varias de sus actividades.
En medio de la reunión también hubo críticas al papel de Cristo y el doble discurso el Gobierno. El exministro Alejandro Gaviria trinó: “la contradicción de construir un acuerdo nacional basado en insultos. La mentira alevosa, pronunciada con afán de odio”.
Finalmente, también es cierto que el ministro está tratando de desarrollar otra estrategia de aproximación que genere consensos y seguramente esta será su forma de comunicación con las bancadas del Congreso. La pregunta que se hacen los empresarios asistentes al encuentro es hasta dónde este tono podrá permear el del presidente Petro que no ha cambiado y ha sido para muchos drástico y radical contra el sector privado. Por ahora Cristo continúa buscando puertas abiertas. COLPRENSA
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