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"Esta es la más profunda recesión que hemos tenido": Fedesarrollo



La recesión en la que se encuentra Colombia actualmente por cuenta de la COVID-19, se enmarca como la peor de la historia del país en los últimos 40 años. Sin embargo, también se espera que sea mucho más corta que la que se presentó entre 1998 y 1999.


Así lo manifestó el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, quien explicó que la economía del país para este 2020 podría cerrar con una caída del 6,5%, la cual tendría un mejor panorama para 2021, donde se observaría un crecimiento de 4,4%, según los estudios del centro de pensamiento.



Mejía fue enfático en asegurar que el país tendrá que hacer una reforma tributaria el próximo año, porque es evidente que para 2022 se tendrá un hueco fiscal de cerca de 20 billones de pesos, lo que hace inaplazable su discusión en el Congreso de la República.


¿Es esta la peor recesión en la historia de Colombia?


“En el análisis que tenemos de los últimos 44 años encontramos que Colombia ha tenido seis ciclos económicos. De esos seis ciclos no todos son recesión, ese es uno de los puntos de análisis más importante que hacemos en este estudio, en donde determinamos que solamente dos clasifican como tal. El primero fue la gran crisis de los mercados emergentes, que arranca a mediados de 1998 y finaliza en 1999, ahí Colombia tuvo una contracción de su actividad productiva por primera vez en 70 años. Esa fue grande, pero no tan grande como la segunda recesión que identificamos y que naturalmente tiene que ver con lo que estamos viviendo actualmente con el Covid-19.

No hemos visto, desde que tenemos cifras históricas, una contracción tan grande de la actividad productiva. En el segundo trimestre caímos -15,8 %, en el tercer trimestre - 9 %, cifras que realmente nunca se habían visto en la historia moderna del país. Entonces, sí es la más profunda recesión que hemos tenido. ¿Qué tanto va a durar? Nuestra expectativa es que es de duración corta, pero todavía falta información adicional de cómo cerramos el año y cómo arranca 2021 para entender eso, así que desde Fedesarrollo identificamos los ciclos, marcamos su inicio en marzo de 2020 y estaremos anunciando cuándo se toca fondo, cuándo es el valle y el inicio de una recuperación productiva”.


¿Todavía no sabemos con claridad si ya tocamos fondo?


“No hay la suficiente información para determinar con certeza si ya tocamos fondo. Hay algunas señales que dejan ver que abril fue el de peor contracción, con más de 20 % de caída de la actividad productiva y de ahí en adelante hemos tenido cifras negativas, pero inferiores, por ejemplo en septiembre, con una caída cercana al -7 %, eso implicaría que seguramente ya tocamos fondo, pero todavía no ha pasado el suficiente tiempo y no hay certeza. Seguramente hasta el primer trimestre del próximo año tendremos la información suficiente y los análisis económicos que hacemos desde Fedesarrollo, para determinar cuándo es el fin de este periodo de recesión y el inicio de la recuperación”.


Teniendo en cuenta estas dos recesiones, la de 1998-1999 y la generada por COVID-19, ¿qué diferencias encontraron y cómo se podrían explicar?


“La principal diferencia que encontramos es que la recesión de 1998-1999 se presentó por una fuerte caída de la demanda de los consumidores de los hogares, provocada por un choque externo que generó una disminución de la actividad productiva; mientras que hoy en día tenemos los dos elementos y por eso tal vez esta caída es más grande. Primero, tenemos un choque de la oferta, producto de las restricciones a la actividad productiva para evitar el desborde de contagios y muertos, especialmente en los meses de marzo, abril y mayo; y después un choque de demanda, una caída en el ingreso de los hogares, un aumento del desempleo, que por supuesto profundizó más la caída.

Hay otro elemento que diferencia sustancialmente estas recesiones y es que en 1999 Colombia también sufrió una crisis financiera muy importante y muy profunda, incluyendo una gran crisis hipotecaria, algo que no está pasando en esta crisis, afortunadamente, lo que generó una profunda recesión que duró por mucho tiempo, donde Colombia tuvo una tasa de desempleo del 20 %, una tasa de dos dígitos por cuatro o cinco años, pero en este caso por eso somos más optimistas. A pesar de que hay un doble choque, no hay una crisis financiera y eso debería generar una recuperación un poco más rápida”.


¿Cuándo empezaremos a ver cifras nuevamente en terreno positivo?


“Nuestra expectativa es que ya el próximo año nosotros tengamos un crecimiento cercano al 4,4 %, eso implicaría que ya en la primera mitad del año debamos observar cifras positivas de crecimiento. Si es así, esto generaría que entonces la recesión no durará más de tres trimestres, pero esto todo está a título especulativo, todavía hay mucha incertidumbre en términos de qué va a pasar con la eventual segunda ola de contagios, entonces es muy pronto para hacer ese análisis”.


¿Cómo quedaron las proyecciones para el crecimiento al cierre de este 2020, teniendo en cuenta las cifras más actualizadas?


“El pasado 31 de octubre hicimos una actualización de nuestro pronóstico. Antes de esa actualización habíamos manejado un rango de caída de la actividad productiva entre el 5 % y el 7,9 %. Con la última información ya disponible, consideramos que la caída va a estar por el orden del -6,5 %, dentro del rango que habíamos estimado. Es un poco menor a la que estima el Fondo Monetario Internacional, que está hablando de 8,1 %, que creemos que no va a ser la cifra, porque ya estamos en los primeros tres trimestres del año en -8,1 % y el cuarto trimestre debería ser mejor que los dos anteriores, por lo que seguramente vamos a estar por el orden de lo que estamos hablando nosotros”.



¿Qué camino debe tomar Colombia, pese a la incertidumbre que existe, para encaminar su economía por la senda del crecimiento?


“Nosotros le hemos sugerido al Gobierno Nacional dos estrategias complementarias a lo que está haciendo, desde el punto de vista de las políticas públicas. Se viene hablando de un plan de inversión en infraestructura relacionado con la quinta generación y una nueva ola de inversiones grandes en los próximos años, allí nosotros hemos sugerido que eso se debe complementar con un plan de pequeñas obras de infraestructura pública. Estamos hablando de vías terciarías, repavimentación de calles, carreteras y caminos, adecuación de andenes y parques, que pueden ser ejecutadas rápidamente y podrían acelerar el crecimiento.


El otro componente tiene que ver con complementar el Programa de Apoyo al Empleo Formal (Paef), con un énfasis especial en las pequeñas y microempresas del país, aquellas que tienen 10 o menos trabajadores, porque el actual subsidio le está llegando a todas las empresas, pero especialmente a las medianas y grandes, para las empresas pequeñas la cobertura sigue siendo por debajo del 50 % de total. Hay que focalizar ahí, porque estas tienen más dificultades que la gran mayoría de medianas y grandes, no tienen tanto músculo financiero, tienen menor acceso al crédito, por eso hemos sugerido que esto podría ser muy útil en esta fase de recuperación, no solamente para mantener el empleo sino también para incentivar la creación de empleo formal”.


¿Cómo ve la estrategia que viene impulsando el Gobierno Nacional para reactivar la economía desde el comercio, con todas las jornadas de descuentos y el Día sin IVA?


“Las medidas que ha adoptado el Gobierno Nacional han sido oportunas, hay que complementarlas con las medidas que mencionamos atrás de infraestructura pequeña, eso puede jalonar la actividad productiva. Lo otro que creemos que hay que mejorar es en el componente de la ejecución, porque una cosa es hacer anuncios estructurados con análisis muy serios, y otra cosa es pasar de la teoría a la práctica. La recomendación es que se acelere la ejecución, porque en la medida que se ejecuten los recursos, en la medida en que se avance en las obras, eso va a generar una verdadera reactivación”.


Para el cierre del año viene un tema que va a generar bastante polémica en medio de la coyuntura, como lo es la discusión del salario mínimo. ¿Cuál es la posición de Fedesarrollo ahí?


“Hay dos elementos sustanciales en la discusión de salario mínimo, como técnicamente se debería discutir esta negociación. Lo primero es mantener el poder de compra de los trabajadores y para eso hay que mirar con mucho cuidado qué va a pasar con la inflación. Nosotros estimamos que va a estar alrededor del 1,8 %, por debajo de la meta del Banco de la República, esto debería ser una especie de piso en la negociación. El otro componente tiene que ver con la productividad laboral, que aunque todavía no hemos hecho un cálculo preciso, estimamos por las cifras preliminares que va a estar muy cercano a cero o podría ser negativa, producto de la caída en la actividad productiva. En ese contexto, el aumento del salario debería estar entre el 2 % y el 2,5 %, en medio de una coyuntura que es tremendamente difícil, no solamente para las empresas sino también para el mercado laboral”.


Otro tema que sigue levantando polémica es la reforma tributaria que viene anunciado el Gobierno Nacional para el próximo año. ¿Sí o sí se debe hacer en 2021?


“Indudablemente. Ya está identificado el hueco, es de un tamaño sustancial, 20 billones de pesos a partir de 2022, por eso no hay el más mínimo espacio para que el país no discuta de una manera responsable una reforma tributaria en 2021. Además, las decisiones de las agencias calificadoras de riesgo, que decidieron mantener el grado de inversión del país, son como un compás de espera a los anuncios que ha hecho el Gobierno Nacional para aclarar el panorama fiscal del país. Por eso la necesidad de esa reforma, sino se hace el próximo año seguramente se perderá el grado de inversión y eso podría generar una caída muy importante de su actividad económica”.


¿Qué elementos debería tener esa reforma?


“Se han venido discutiendo elementos clave como la eliminación de exenciones sectoriales para empresas; viene una revisión importante de las exenciones al IVA, que siguen siendo sustancialmente grandes; lo que tiene que ver con la ampliación de bases gravables, porque en Colombia todavía un número muy pequeño de personas que declara renta; y lo que tiene que ver con la profundización de los impuestos verdes. Nosotros vamos a entregar una propuesta muy concreta que estamos trabajando”.

¿Cuál será el momento más adecuado para presentar esta reforma el próximo año?

“Yo diría que en la segunda mitad del próximo año, porque en la primera mitad todavía estaremos en una fase muy temprana de recuperación, en la primera mitad se debería resolver completamente la incertidumbre frente al Covid-19 con el tema de las vacunas, entonces la segunda mitad del año sería un buen momento para hacer ese tipo de reforma. Hay que hacer los consensos, pero es una reforma absolutamente necesaria que tiene que hacer el país”.


¿También se necesitará una reforma laboral para recuperar el empleo que se ha perdido?


“No solamente una reforma laboral, nosotros estamos trabajando en tres dimensiones: laboral, pensional y social. Antes de la llegada de la pandemia, Colombia tuvo una tasa de desempleo promedio del 10,5 %, de dos dígitos, después de cinco años consecutivos de tener una tasa por debajo del 10 %, y llega la pandemia y la tasa sube al 20 %, ya estamos en 16 % y nuestro estimativo es que terminaremos el año con un promedio de 16,2 %. Si a eso se le suma que el 70 % de los trabajadores son informales, claramente es una muestra que nuestros sistema laboral no está funcionando bien, así que si continuamos con la misma regulación vamos a tener los mismos resultados”.



¿Habrá espacio el próximo año para hacer esas reformas?


“Esa si es una pregunta más difícil, porque si bien existe el espacio político para hacer una reforma tributaria, lo que no tengo claro, y ahí si creo que podría haber un espacio más limitado, es que se puedan llevar al mismo tiempo otras reformas estructurales como la laboral, la pensional y la social. Eso requiere un gran liderazgo por parte del Gobierno Nacional, una construcción de consensos muy grande que se pueda aprovechar en medio de esta coyuntura, para tratar de construirlos. Ojalá se pueda”.


¿Es más importante la reforma tributaria?


“Indudablemente, porque tenemos una fecha crítica y tiene que aprobarse antes del 31 de diciembre de 2021, porque la reforma tributaria solamente tiene efecto en la fecha del año calendario siguiente a su aprobación, entonces esta reforma no se puede dejar para 2022, para ese año ya tenemos un hueco fiscal de 20 billones de pesos. Lo demás, por supuesto es urgente, pero podría esperar a un nuevo gobierno, ojalá que no, creo que es fundamental tratar de aprovechar la oportunidad de la crisis para hacer estas reformas que necesita el país”.

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