Por: Fernando Ruiz R.
En Colombia solo se ha dado un golpe de Estado, el del general Gustavo Rojas Pinilla el 13 de junio de 1953, en medio de la violencia partidista entre liberales y conservadores. Finalizó el 10 de mayo de 1957 con su renuncia, momento en que instauró el frente nacional donde el partido liberal y el conservador se repartían cada cuatro años el gobierno, sin que ningún otro partido o movimiento político pudiera hacerlo.
Ahora después de más de 100 años de gobiernos de las élites, llegó al gobierno una coalición de partidos de izquierda, el pacto histórico, con Gustavo Petro como presidente del país. Esto significa que la izquierda solamente consiguió el poder ejecutivo, porque los demás poderes siguen estando en las manos de las élites de siempre: mayorías en el congreso (poder legislativo), por supuesto poder económico, poder judicial y el quinto poder como lo llaman, los medios masivos de comunicación, que moldean la opinión pública, gracias a que la gente no lee o no se informa bien y sus únicas fuentes de conocimientos son estos medios y las redes sociales. Por supuesto, hay medios que hacen un periodismo objetivo e imparcial, pero son muy pocos.
Especial mención merecen la Fiscalía y la Procuraduría, órganos de control muy importantes, pues en vez de realizar sus tareas, se han dedicado a hacerle una feroz oposición al gobierno, actuando como si fueran jefes de los partidos de oposición, especialmente el Fiscal, que los supuestos delitos (no ha habido fallos judiciales) en que han incurrido familiares o allegados al presidente, los persigue con toda la fuerza, pero los demás delitos: corrupción, narcotráfico, feminicidios, asesinatos de líderes sociales, etc, éstos si muy graves no parece que los persiguiera a fondo, pues no ha obtenido buenos resultados. La Procuraduría, por su parte ha sido muy diligente persiguiendo las posibles faltas de los funcionarios de Petro, lo que no hizo durante la presidencia de Iván Duque.
Claro, el gobierno de Petro también ha cometido errores y uno de los principales es creer que después de más de 100 años de gobiernos de las élites y sin mayorías en el congreso va a poder transformar a la sociedad Colombiana en tan solo 4 años, con la gran cantidad de problemas crónicos que nos agobian. Se ha dedicado más a la confrontación que a obtener resultados, que son los que en última instancia, juzgarán cómo fue su gestión al final del cuatrienio. Debe como siempre he dicho, concertar las reformas y cambios y apoyarse también en el sector más progresista de las élites, no solamente con sus partidarios y aliados.
A los gobiernos de izquierda o de otra corriente política, diferente de las tradicionales en América Latina y en Colombia, les queda muy difícil hacer los cambios de fondo, porque así lleguen a la presidencia, el poder real sigue estando en manos de las élites, que desde hace décadas crearon una sociedad excluyente, que hace casi imposible que los cambios se den.
Las élites colombianas como era de esperarse, se oponen a cambios que vayan en contra de sus intereses y privilegios, eso sí haciéndolo ver que no los perjudica a ellos sino al país y la gente que en una gran mayoría es ignorante (no es falta de inteligencia, sino de conocimientos) y atrasada les cree. Esto también se da porque la gente en medio de su precariedad social, desesperada piensa y exige que los cambios se den de la noche a la mañana.
Un golpe de Estado corrientemente es encabezado por las fuerzas armadas de un país, puede ser incruento ó violento y producir muchos muertos y heridos. Creo que no es el caso de Colombia, pues desde hace 70 años no se ha producido un golpe de Estado en el país.
Bueno y qué pasa con el “golpe blando”. Veamos su definición: “Un "golpe blando" es un término utilizado para describir un tipo de intervención política en un país que busca cambiar el gobierno de manera no violenta, pero a menudo de manera subversiva. A diferencia de un golpe de Estado tradicional, que implica el uso de fuerza militar para derrocar al gobierno existente, un golpe blando se basa en tácticas como la manipulación mediática, la desinformación, la protesta popular organizada, la guerra económica y la influencia externa para socavar la autoridad del gobierno o del líder en el poder”.
¿Este puede ser el caso de Colombia, denunciado por el presidente Petro? Bueno los dos primeros: Manipulación mediática y desinformación sí pueden estar pasando, en cuanto a los otros tres: la protesta popular, aunque si hay manifestaciones en contra de las políticas de Petro, estas son legítimas. La guerra económica, aunque las élites están en contra de las políticas de Petro, no se ve claramente que hayan iniciado una guerra económica en contra del gobierno y la influencia externa, tampoco se ve claramente que esto esté pasando, como si ha sucedido en América Latina en otras oportunidades.
En conclusión, tampoco el golpe blando, aunque es posible que pase en Colombia, no es claro que las circunstancias que lo propician se estén dando en el momento, pero no sabemos en el futuro qué pueda pasar.
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