Por: Nerio Mejia

No ha bastado con el gran número de narconovelas que han vendido la imagen de un país en donde las cosas se consiguen de manera fácil, arrastrando una cadena de sufrimientos, y estigmatización, de una sociedad que lucha para reponerse de tantas desgracias.
El turismo sexual es visto como una práctica que genera ingresos en los grandes centros urbanos, donde llegan turistas, especialmente extranjeros, atraídos por el sádico deseo de violar niñas en nuestro país. La asequibilidad en la adquisición y el libre consumo de sustancias psicotrópicas, el gran número de niños que terminan en las filas de bandas criminales, en una sociedad donde existen escuelas de sicarios, son las peores tragedias con las que tenemos que convivir.
A pesar de la inocencia de nuestra niñez, existen una serie de historietas que nos brindaban entretenimiento, cuyos personajes aún recordamos a estas alturas de la vida. Sin embargo, en la actualidad estas historietas, siguen deleitando a nuestros niños, y desde luego desvelando a nuestros políticos.
En los últimos días, los medios de información han dado a conocer el nombre de uno de los aportantes oscuros, a la campaña del actual presidente de la república, Gustavo Petro. Se trata de Diego Marín Buitrago, su nombre no despertaría tanto interés, ni mucho menos llamaría la atención acerca de la suma de 500 millones de pesos inyectados a una campaña presidencial en Colombia, cuando esta clase de hechos se consideran normal en un país en donde la corrupción ha hecho carrera. Pero lo que sí capta la atención es el alias de este individuo, a quien se le conoce como papá pitufo, un personaje de historieta que entretiene a los niños, pero que desvela al presidente Gustavo Petro.
Los que detestan al gobierno de izquierda, celebran que papá pitufo, sea solicitado en extradición desde Portugal, país en donde se encuentra, para que responda por los dineros aportados a la campaña Petro presidente, pero que de acuerdo algunas versiones de prensa, el zar del contrabando, presuntamente habría solicitado asilo político, en el país europeo, situación jurídica que de ser aprobada, le aguaría la fiesta a los opositores de Petro.
Por otro lado, desde Miami – Florida, reaparecía, Héctor Amaris Rodríguez, compañero de rumba del actual alcalde de la cálida Barranquilla, Alejandro Chard. Amaris Rodríguez, envió una carta a la Fiscalía General de la Nación, en la que sindica que su socio de placeres, es responsable de varios delitos. Todo podría parecer normal, en una región donde la corrupción es la regla, pero nuevamente lo llamativo, es que a Héctor Amaris Rodríguez, se le conoce con el alias del Oso Yogui, nombre de un personaje animado quien goza de un buen humor, en el mundo del entretenimiento de los niños, contrario al de la vida real, que ha decidido cantar en los estrados judiciales, lo que llevaría a desvelar no solo al mandatario de los curramberos, sino a todo el clan Chard y sus círculos cercanos, incluyendo sus emporios económicos.
Si papá pitufo, y el oso yogui, en las peligrosas historietas de entretenimiento en Colombia, no eran suficientes, por los lados de la paz total, la captura de Geovany Andrés Rojas, alias la Araña, principal cabecilla, y negociador del grupo ilegal Comandos de Fronteras, terminan por descarrilar el maltrecho ferrocarril del cambio, como al igual se llevarían en el mismo viaje a una de las fichas presidenciables de Cambio Radical, Alex Chard, lo que nos ubica en el pódium como el país de las historietas peligrosas.
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