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85% de la oferta de VIS está fuera del alcance de los hogares: Asocajas



Un reciente estudio de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas) revela una preocupante realidad para los colombianos interesados en adquirir vivienda de interés social: “El modelo de adquisición de vivienda social en Colombia está perdiendo su capacidad de respuesta frente a los hogares con menores ingresos, incluso cuando cuentan con subsidios entregados por las Cajas”.



El estudio precisa que el 85% de la oferta de vivienda social del país está fuera del alcance de los hogares con ingresos inferiores a 2 salarios mínimos, incluso que cuentan con subsidios.


Asocajas en su informe indica que el fenómeno se presenta en momentos en que el sector constructor del país enfrenta una caída de -4,1% en su participación dentro del PIB y una reducción del 12% en la asignación de subsidios. Se advierte, además, que la vivienda de interés prioritario, la única opción viable para familias con ingresos inferiores a dos salarios mínimos, representa apenas el 8% de la oferta del mercado.


Agrega que la situación se agrava debido a que el valor de estas viviendas está indexado al salario mínimo. “Aunque esta fórmula busca proteger el valor adquisitivo, en la práctica ha generado un aumento desproporcionado en los precios. En los últimos 15 años, el monto de recursos propios que debe aportar un hogar para adquirir una vivienda ha crecido en más de $110 millones, incluso si cuenta con subsidio. Esto significa que, en vez de acortar la brecha, los incrementos en el salario mínimo la están ampliando”.



Llamado de Asocajas


Frente a ese panorama de la vivienda, Asocajas señala que “creemos que es momento de revisar los mecanismos actuales y avanzar hacia un modelo más equilibrado, que combine subsidios eficientes, oferta adecuada y criterios de indexación que realmente respondan al poder adquisitivo de las familias”, precisó Adriana Guillén, presidenta ejecutiva de Asocajas. La asociación también llama la atención sobre la necesidad de repensar el modelo de política habitacional en Colombia y se pregunta: ¿Debe seguir siendo el salario mínimo la unidad de referencia para fijar el valor de la vivienda social y de los subsidios? ¿Qué alternativas podrían ofrecer un sistema más justo y eficiente, ajustado a las condiciones regionales de productividad y poder adquisitivo? COLPRENSA

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